Todos necesitamos amigos, pero ninguno de nosotros
necesita a algunos amigos. Un predicador dijo:
Cuando se
me pregunte: que nombre el peligro principal de la gran ciudad para los jóvenes
y jovencitas que entran en ella, buscando carreras, debo decir, sin dudas, que
es el peligro de amistades que se forman precipitadamente y que se escogen
equivocadamente… Desearía que pudiera encontrarme con cada tren que viene a la
ciudad trayendo su preciosa carga de vidas jóvenes que comienzan la gran aventura
del mundo; que pudiera encontrarme con cada joven mientras entra por las
puertas de la universidad…; que pudiera encontrarme con ellos mientras se
amontonan por entrar a las tiendas, fábricas y oficinas, y mientras regresan a
sus…casas, y preguntar a todos, “¿Quiénes son sus amigos?”.
Es mejor no tener ningún amigo
que tener un mal amigo.
“Las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres” (1 Corintios 15:33); es decir, “las amistades malas corrompen las
buenas costumbres”. Comenzar una amistad con una “mala manzana” (una persona
impía) es espiritualmente peligroso.
Las mentes impresionables de los jóvenes que
todavía están desarrollando una fe fuerte son especialmente susceptibles a la
influencia negativa. Los que usan mal lenguaje y tienen una conducta rebelde
nos presionarán a ser como ellos. El sabio dijo, “No te entremetas con el
iracundo, ni sea que aprendas sus maneras, y tomes lazo para tu alma”
(Proverbios 22:24-25). Pablo instruyó:
Exhorta
asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; presentándote tú en todo como
ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad,
palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no
tenga nada malo que decir de vosotros (Tito 2:6-8).
Se puede abusar de la amistad. Como la marea del
océano depende de la atracción de la Luna, nuestro comportamiento depende en
gran parte de la influencia que otros ejercen en nosotros. Debemos escoger
nuestro entorno cuidadosamente. Desde el ladrón y el borracho hasta el hombre
que se burla de Dios, casi todos los pecadores reciben su influencia de alguien
más. Los pecadores primero respiran la atmósfera envenenada de los pecados de
otras personas, y entonces la maldad se infiltra en sus corazones, como la
enfermedad física se esparce de una persona a otra a través del contacto
físico.
Conserva tus oídos limpios.
De niños, parece que nuestros padres tenían un
interés inusual en limpiar nuestras orejas. (Nunca entendimos por qué siempre
las orejas y no las rodillas o los dedos del pie). Dios,
nuestro Padre celestial, parece tener la misma preocupación. Frecuentemente
Jesús dijo, “El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15), y en una ocasión
criticó a algunos por tener oídos cerrados (Mateo 13:15).
Para tener “oídos puros”, debes rechazar el consejo
malo (Salmos 1:1-3). Job se apartó del consejo de los malos (Job 21:16); David
oró para ser escondido “del consejo secreto de los malignos” (Salmos 64:2); y
José de Arimatea “no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos”
(Lucas 23:51). Por otra parte, Ocozías “anduvo en los caminos de la casa de
Acab, pues su madre le aconsejaba a que actuase impíamente” (2 Crónicas 22:3),
como Rebeca lo hizo con Jacob (Génesis 27:12-13).
Di “No”, y dilo en serio.
Los adolescentes de Dios deben aprender a decir
“No”, y decirlo en serio. Pedro y Juan dijeron a algunos oficiales, “Juzgad si
es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios” (Hechos 4:19).
Nuestra posible consejera puede tener una cita cada semana, pero su consejo
puede ser: “Tienes que darles lo que quieran” (2 Timoteo 2:22). Puede tener las
mejores notas, pero su consejo puede ser en cuanto a la manera de copiar en los
exámenes (Romanos 12:17). Puede tener una carrera exitosa, pero su consejo
puede ser, “Sal de la casa y deja a esos niños con alguien más” (Tito 2:4-5; 1
Timoteo 5:14). Puede ser la persona más divertida, pero su consejo puede ser,
“Relájate, conéctate, y unas pocas cervezas no dañan a nadie” (Romanos 6:13).
Amnón: Un caso de estudio.
Amnón era un hijo de David, muy perturbado.
Alimentaba un deseo sexual malo hacia su propia media-hermana (2 Samuel 13:2).
Entre él y ese pecado intervino cada obstáculo que Dios puede colocar entre una
persona y un pecado. Su conciencia objetaba; la inocencia de ella le hacía
pensar (“ella [era] virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa
alguna”); la súplica y el razonamiento de ella apeló a su compasión; la amenaza
de la ira de su padre y la venganza de su hermano le hacían temer; y desde
luego, él sabía que Dios le juzgaría (2 Corintios 5:10).
A pesar de todo esto, Amnón sucumbió a la tentación
y cometió un acto brutal. “Mas él no la quiso oír, sino que pudiendo más que
ella, la forzó, y se acostó con ella” (2 Samuel 13:14). Violó a su propia
hermana.
Antes que continuemos la historia, demos un salto
dos años después. Mientras Amnón estaba sentado medio-borracho en la fiesta de
su medio-hermano, el siervo de Absalón puso fin a su vida (2 Samuel 13:29). Se
apresuró a esta alma cargada de pecado a presentarse delante de su Hacedor.
Solamente Amnón murió ese día, pero otro hombre merecía morir, Jonadab. Si él
no hubiera ayudado, instigado y hecho arreglos para Amnón, Amnón no hubiera
deshonrado a su hermana. El hombre que le había ayudado a comenzar el camino
del pecado no estaba allí cuando Amnón llegó a su fin.
Se presenta el comienzo de su fin con estas
palabras: “Y Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab” (2 Samuel 13:3). El
método que Jonadab usó para persuadir a Amnón todavía es popular. Cuando Amnón
le reveló su deseo pero también sus dudas, Jonadab insinuó, “¿No eres hijo del
rey?”.
Cuando estamos cerca de la tentación y nuestras
conciencias nos regañan y las lecciones de nuestros maestros de Biblia
atraviesan nuestras mentes, puede aparecer un amigo astuto quien nos susurra al
oído provocativamente: “¿No eres el hijo de un rey?”. (Realmente dice: “No
tienes temor de una lección dominical, ¿verdad? Tu mamá no está aquí. ¡Sé un
hombre!”). Dondequiera que un alma perece, en algún lugar acecha un tentador, un
Jonadab. Examina a tus amigos antes que te arruinen. Ninguna persona mala puede
ser un buen amigo.
El adolescente que no ha determinado en su mente lo
que es correcto o incorrecto será influenciado fácilmente por sus amistades.
Cuando no se está viajando en una dirección cierta, es fácil que alguien que
viaja por el mal camino nos persuada a seguirle.
La separación de las influencias malas es una
manera en que Dios conserva la santidad de Sus hijos. Pablo escribió:
No os
unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la
justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué
concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué
acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el
templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré
su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y
apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para
vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor
Todopoderoso (2 Corintios 6:14-18).
En vez de permitir que otros te influencien, fija
el propósito de influenciarles. Si debes escoger entre no tener amigos o tener
uno como Jonadab, escoge a ninguno. Determina no tener a ningún amigo cercano
que no te ayudará a ir al cielo.
Un amigo verdadero te guía hacia Cristo, no lejos
de Él (Hechos 18:26). Pablo dijo, “Así que, sigamos lo que contribuye a la paz
y a la mutua edificación” (Romanos 14:19; cf. 15:2). Salomón dijo, “Mejores son
dos que uno”, porque el amigo “levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que
cuando cayere, no habrá segundo que lo levante” (Eclesiastés 4:9-10). Por
ejemplo, al escalar montañas los alpinistas escalan en parejas y atan cuerdas
entre ellos para que si uno resbala, el otro pueda levantarlo.
Busca un buen amigo.
Si eres una persona normal, querrás
amigos. Seneca dijo que Dios dividió al hombre entre hombres, para que
puedan tener amigos. Si se negara la amistad entre personas, ellos buscarían
amigos entre los animales. Los que están separados de otros frecuentemente
revelan gran afecto por los caballos, los perros o las aves. Un prisionero
encerrado en la soledad de su celda incluso se hizo amigo de una araña. Él llegó
a interesarse profundamente por el insecto hasta que sus carceleros “brutales”
lo descubrieron y destruyeron a la araña.
Además, una persona normal necesita
amigos. Existe un gran peligro en la tendencia del mundo del Internet, los
juegos de video y cientos de canales de sonido cuadrafónico que causan que los
adolescentes se aparten de la realidad y deseen estar a solas. Es más simple
que aquellos que no encajan fácilmente decidan no encajar en
absoluto. Dios dijo que no es bueno que estemos solos (Génesis 2:18).
En Hechos y en las cartas de Pablo, encontramos
al menos cien diferentes hombres y mujeres que se nombran como parte del
círculo de amigos y compañeros de Pablo. La mayoría de nosotros necesita
compañía para ser feliz. En el sentido espiritual, necesitamos amigos que nos
animen en nuestra vida diaria delante del Señor, y necesitamos evitar a la
gente que nos apartará de este camino.
Cuídate de las malas manzanas; estas arruinan a
aquellos que las tocan.
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