Cómo reflejan los cristianos la
gloria de Dios
¿Cómo es posible que nosotros
reflejemos la gloria de Dios? Pues bien, aunque no hemos contemplado ni oído a
Jehová del mismo modo que Moisés, sí hemos llegado a conocerlo de otras
maneras. Por ejemplo, dado que Jesús no se presentó como el Mesías hasta casi
mil quinientos años después de la muerte de Moisés, este no pudo saber cómo se
cumpliría la Ley en Jesús, quien murió para redimir a los seres humanos de la
terrible opresión impuesta por el pecado y la muerte (Romanos 5:20, 21; Gálatas
3:19). Además, Moisés solamente obtuvo una comprensión limitada de la grandeza
del propósito de Jehová, un propósito que se centra en el Reino mesiánico y en
el Paraíso que instaurará en la Tierra. Por otra parte, nosotros percibimos la
gloria de Jehová, pero no con los ojos literales, sino con los ojos de la fe
basada en las enseñanzas bíblicas. También hemos oído la voz de Jehová, no a
través de un ángel, sino mediante la Biblia, en particular los Evangelios, los
cuales pintan un hermoso cuadro de las enseñanzas y el ministerio de Jesús.
. a) ¿Cómo reflejan la gloria de
Jehová los cristianos ungidos? b) ¿De qué maneras pueden reflejar la gloria de
Dios quienes abrigan la esperanza de vivir en la Tierra?
Aunque los cristianos no reflejamos la gloria
de Dios despidiendo rayos del rostro, nuestra faz se ilumina cuando hablamos al
prójimo de Su gloriosa personalidad y propósitos. Con respecto a sus siervos de
la actualidad, Jehová predijo mediante el profeta Isaías: “De seguro anunciarán
mi gloria entre las naciones” (Isaías 66:19). Además, en 2 Corintios 4:1, 2
leemos: “Teniendo este ministerio [...], hemos renunciado a las cosas solapadas
de las cuales hay que avergonzarse, y no andamos con astucia, ni adulteramos la
palabra de Dios, sino que mediante poner de manifiesto la verdad, nos
recomendamos a toda conciencia humana a vista de Dios”. Pablo hablaba en
particular de los cristianos ungidos, quienes son “ministros de un nuevo pacto”
(2 Corintios 3:6). Su ministerio ha resultado en que un sinnúmero de personas
haya adquirido la esperanza de vivir para siempre en la Tierra. Y el ministerio
de ambos grupos entraña reflejar la gloria de Jehová no solo por lo que
enseñan, sino también por la forma en que viven. Reflejar la gloria del Dios
Altísimo es un deber, así como un gran privilegio.
¿De qué es prueba nuestra
prosperidad espiritual?
5 En nuestros días, las gloriosas
buenas nuevas del Reino de Dios se están predicando en toda la Tierra habitada,
como predijo Jesús (Mateo 24:14). Personas de todas las naciones, tribus,
pueblos y lenguas han respondido a ellas con entusiasmo y han realizado cambios
en su vida para hacer la voluntad de Dios (Romanos 12:2; Revelación
[Apocalipsis] 7:9). Al igual que los primeros cristianos, no pueden dejar de
hablar de las cosas que han visto y oído (Hechos 4:20). Hoy reflejan la gloria
de Dios más de seis millones de personas, una cantidad sin precedentes en la
historia. ¿Es usted una de ellas? La prosperidad espiritual de los siervos de
Dios es prueba convincente de que contamos con la bendición y protección de
Jehová. Y el hecho de que tenemos el espíritu de Jehová se hace aún más patente
cuando se consideran las poderosas fuerzas que se alzan contra nosotros. Veamos
por qué.
No podrán acallar al pueblo de
Dios
¿Por qué se necesitan fe y valor para ponerse
de parte de Jehová?
6 Suponga que lo llaman a
testificar en un juicio contra un despiadado asesino. Usted sabe que el acusado
controla una organización poderosa y que empleará todos los medios a su alcance
para impedir que lo desenmascare. ¿Verdad que declarar contra un criminal de
esa clase exigiría valor y confianza en que las autoridades lo protegerán? Pues
bien, nosotros nos hallamos en una situación parecida. Al dar testimonio de
Jehová y sus propósitos, en realidad testificamos en contra de Satanás y damos
a conocer que es un homicida y un mentiroso que está extraviando a los
habitantes de toda la Tierra (Juan 8:44; Revelación 12:9). La verdad es que se
necesitan fe y valor para ponerse de parte de Jehová y en contra del Diablo.
¿Qué influencia ejerce Satanás, y qué intenta
conseguir?
Claro está, Jehová es el Ser
Supremo, así que su poder es infinitamente mayor que el de Satanás. Podemos
estar seguros de que Él no solo es capaz de proteger a quienes le servimos con
lealtad, sino que también anhela hacerlo (2 Crónicas 16:9). No obstante,
Satanás es el gobernante de los demonios y del mundo de la humanidad alejada de
Dios (Mateo 12:24, 26; Juan 14:30). Confinado a la vecindad de la Tierra y
lleno de “gran cólera”, se opone enconadamente a los siervos de Jehová y usa el
mundo, al cual controla, para intentar acallar a quienes predican las buenas
nuevas (Revelación 12:7-9, 12, 17). ¿Cómo lo hace? Por lo menos de tres
maneras.
¿Hacia dónde dirige Satanás el
amor de las personas, y por qué debemos elegir con cuidado nuestras compañías?
Las inquietudes de la vida
constituyen uno de los medios que Satanás emplea para distraernos. En general,
la gente que vive en estos últimos días ama el dinero, ama los placeres y se
ama a sí misma, pero no ama a Dios (2 Timoteo 3:1-4). Preocupadas por los
problemas de la vida diaria, la mayoría de las personas ‘no hacen caso’ de las
buenas nuevas que les llevamos. Sencillamente, no les interesa aprender la
verdad bíblica (Mateo 24:37-39). Esa actitud puede contagiársenos y sumirnos en
un letargo espiritual. Si permitimos que en el corazón se desarrolle amor por
las cosas materiales y los placeres de la vida, nuestro amor por Dios se
enfriará (Mateo 24:12).
Por esta razón, los cristianos elegimos
las compañías con mucho cuidado. “El que está andando con personas sabias se
hará sabio —escribió el rey Salomón—, pero al que está teniendo tratos con los
estúpidos le irá mal.” (Proverbios 13:20.) Así pues, ‘andemos’ con quienes
reflejan la gloria de Dios. ¡Qué agradable es eso! Cuando estamos con nuestros
hermanos espirituales en las reuniones y en otros momentos, nos anima ver su
amor, fe, gozo y sabiduría. Tales compañías sanas fortalecen nuestra
determinación de perseverar en el ministerio.
¿Cómo emplea Satanás la burla
contra quienes reflejan la gloria de Dios?
10 Un segundo medio que Satanás
usa para impedir que los cristianos reflejen la gloria de Dios es la burla.
Esta táctica no nos debería tomar por sorpresa, pues Jesucristo tuvo que enfrentarse
a ella en su ministerio terrestre: se rieron de él, lo trataron con desprecio e
insolencia, y hasta le escupieron (Marcos 5:40; Lucas 16:14; 18:32). Los
primeros cristianos también fueron objeto de mofa (Hechos 2:13; 17:32). Y los
siervos de Jehová de la actualidad sufrimos el mismo maltrato. El apóstol Pedro
indicó que, en realidad, se nos tildaría de “falsos profetas”. Predijo que “en
los últimos días vendr[ían] burlones con su burla, procediendo según sus
propios deseos y diciendo: ‘¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues
[...] todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la
creación’” (2 Pedro 3:3, 4). A los siervos de Dios se nos ridiculiza porque
supuestamente vivimos de espaldas a la realidad. Las normas morales de la
Biblia se consideran anticuadas, y muchos opinan que el mensaje que predicamos
es una insensatez (1 Corintios 1:18, 19). Los cristianos podemos ser objeto de
burlas en la escuela, en el empleo y, a veces, hasta en nuestra propia familia.
Sin embargo, en vez de desanimarnos, seguimos reflejando la gloria de Jehová
mediante nuestra predicación, pues, al igual que Jesús, sabemos que la Palabra
de Dios es la verdad (Juan 17:17).
¿Cómo ha empleado Satanás la
persecución en su intento de acallar a los cristianos?
11 Una tercera táctica que el
Diablo emplea en su intento de acallarnos es la oposición o la persecución.
Jesús dijo a sus discípulos: “Los entregarán a tribulación y los matarán, y
serán objeto de odio de parte de todas las naciones por causa de mi nombre”
(Mateo 24:9). Realmente, los testigos de Jehová hemos sufrido feroz persecución
en muchas partes del planeta. Sabemos que Jehová predijo hace mucho que habría
odio, o enemistad, entre los que le sirven a él y los que sirven al Diablo
(Génesis 3:15). También sabemos que nuestra integridad en las pruebas
constituye un testimonio a favor de la soberanía universal de Jehová. Este
conocimiento nos fortalece hasta en las circunstancias más extremas. Mientras
sigamos resueltos a reflejar la gloria de Dios, no habrá persecución que pueda
silenciarnos de modo permanente.
¿Por qué es un motivo de regocijo
el que nos mantengamos fieles frente a la oposición de Satanás?
¿Resiste usted las tentaciones del mundo y se
mantiene fiel pese a las burlas y la oposición? Entonces tiene motivos para
regocijarse. Jesús aseguró a sus discípulos: “Felices son ustedes cuando los
vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de cosa inicua
contra ustedes por mi causa. Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es
su galardón en los cielos; porque de esa manera persiguieron a los profetas
antes de ustedes” (Mateo 5:11, 12). Su aguante es prueba de que el poderoso espíritu
santo de Jehová obra en usted, capacitándolo para reflejar Su gloria (2
Corintios 12:9).
El aguante procede de Jehová
¿Por qué razón fundamental
aguantamos en el ministerio cristiano?
Una razón fundamental por la que
aguantamos en el ministerio es que amamos a Jehová y nos alegra enormemente
reflejar su gloria. Los seres humanos tendemos a imitar a quienes amamos y
respetamos, y nadie es más digno de ser imitado que Jehová Dios. Por su gran
amor envió a su Hijo a la Tierra para que diera testimonio a favor de la verdad
y rescatara a la humanidad obediente (Juan 3:16; 18:37). Al igual que Dios,
deseamos que personas de toda clase se arrepientan y alcancen la salvación, y
por eso les predicamos (2 Pedro 3:9). Este deseo, junto con nuestra determinación
de imitar a Dios, nos impulsa a no dejar de reflejar su gloria mediante nuestro
ministerio.
¿Cómo nos fortalece Jehová para
que aguantemos en nuestro ministerio?
En definitiva, es Jehová quien
nos da las fuerzas para aguantar en el ministerio cristiano. Es él quien nos
sostiene y fortalece mediante su espíritu, su organización y su Palabra, la
Biblia. Jehová “suministra aguante” a quienes estamos dispuestos a reflejar su
gloria, contesta nuestras oraciones y nos da la sabiduría necesaria para
afrontar las dificultades (Romanos 15:5; Santiago 1:5). Y lo que es más, no
permite que nos sobrevenga ninguna prueba que sea imposible de aguantar. Si
confiamos en él, dispondrá la salida a fin de que podamos seguir reflejando su
gloria (1 Corintios 10:13).
¿Qué nos ayuda a aguantar?
El aguante en nuestro ministerio
es prueba de que contamos con el espíritu de Dios. Supongamos, por ejemplo, que
alguien le pide que reparta pan gratuitamente de puerta en puerta. Se le dice
que debe utilizar su propio tiempo y correr con sus propios gastos. Pero no
tarda en darse cuenta de que, en realidad, muy pocas personas desean el pan que
usted reparte, y algunas hasta se oponen a que lo haga. ¿Seguiría usted
realizando esa actividad mes tras mes, año tras año? Es muy probable que no.
Sin embargo, puede que lleve décadas afanándose por declarar las buenas nuevas,
dedicando de su tiempo y recursos. ¿Por qué? ¿Verdad que es porque ama a Jehová
y porque él ha bendecido su empeño ayudándole a aguantar mediante su espíritu?
¡Desde luego que sí!
Una obra que siempre recordaremos
¿Qué significa para nosotros y
para quienes nos escuchan el que aguantemos en nuestro ministerio?
El ministerio del nuevo pacto es
una dádiva incomparable (2 Corintios 4:7). Y también es un verdadero tesoro el
ministerio cristiano que las otras ovejas llevan a cabo en todo el mundo. Al
perseverar en él, usted puede lograr lo que Pablo escribió a Timoteo: “Te
salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan” (1 Timoteo 4:16). Piense en
lo que eso significa. Las buenas nuevas que predicamos ofrecen a las personas
la oportunidad de vivir para siempre. Usted puede forjar un fuerte vínculo de
amistad con aquellos a quienes ayuda espiritualmente. Imagine el gozo de vivir
para siempre en el Paraíso con los que haya ayudado a aprender la verdad acerca
de Dios. No hay duda de que esas personas jamás olvidarán lo que usted hizo por
ellas. ¡Qué gran motivo de satisfacción!
¿Por qué puede afirmarse que
vivimos en una época singular de la historia humana?
Vivimos en una época singular de
la historia humana. Nunca más se predicarán las buenas nuevas en un mundo
alejado de Dios. Noé vivió en un mundo así y lo vio desaparecer. Piense en
cuánto debió de alegrarle saber que había cumplido fielmente la voluntad de
Dios al construir el arca, lo cual permitió su salvación y la de su familia
(Hebreos 11:7). Usted también puede tener ese gozo. Imagine cómo se sentirá en
el nuevo mundo cuando mire atrás a lo que hizo en estos últimos días, sabiendo
que se esforzó todo lo que pudo por promover los intereses del Reino.
¿Qué garantía y ánimo da Jehová a
sus siervos?
Sigamos reflejando la gloria de
Dios, pues eso es algo que siempre recordaremos. De hecho, Jehová también
recuerda nuestra labor. En la Biblia leemos estas alentadoras palabras: “Dios
no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con
su nombre, por el hecho de que han servido a los santos y continúan sirviendo.
Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia a fin de
tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin, para que no se hagan
indolentes, sino que sean imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan
las promesas” (Hebreos 6:10-12).
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