sábado, 8 de abril de 2017

LA PERSEVERANCIA LA VICTORIA EN MEDIO DE PRUEBAS


La perseverancia ayuda a triunfar

LA PERSEVERANCIA es una cualidad que escasea en nuestros tiempos. Muchas personas creen que el triunfo tiene que ver más con estar en el lugar debido en el momento apropiado que con la perseverancia. ¿Quién puede culparlas de ello? Los medios de comunicación están llenos de frases publicitarias cuyo mensaje subliminal es que, con el mínimo esfuerzo y solo un poco más de dinero, puede conseguirse casi todo lo que se desea. En los periódicos no dejan de aparecer historias de triunfos repentinos y de jóvenes empresarios prodigios que ganan millones de dólares poco después de graduarse.

El columnista Leonard Pitts se lamenta: “En una sociedad obsesionada con la imagen, parece demasiado fácil. [...] Parece algo que cualquiera podría lograr con solo entender el truco, tener la habilidad o recibir ayuda divina”.

¿Qué es la perseverancia?

Perseverar significa “mantenerse firme o constante en la realización o continuación de una cosa”. Implica proseguir con decisión ante la adversidad, ser tenaz, no darse por vencido. La Biblia pone de relieve la importancia de la perseverancia. Por ejemplo, nos da los siguientes consejos: “Sigan, pues, buscando primero el reino”, “sigan tocando, y se les abrirá”, “perseveren en la oración” y “adhiéranse firmemente a lo que es excelente” (Mateo 6:33; Lucas 11:9; Romanos 12:12; 1 Tesalonicenses 5:21).

Un aspecto importante de la perseverancia es hacer frente a los reveses que inevitablemente se sufrirán. Proverbios 24:16 dice: “Puede que el justo caiga hasta siete veces, y ciertamente se levantará”. En lugar de rendirse cuando se presenta una dificultad o se tiene un fracaso, quien persevera ‘se levanta’, sigue adelante y lo intenta de nuevo.

No obstante, muchas personas no están preparadas para afrontar las dificultades y los fracasos que pudieran surgir. Como nunca han desarrollado el deseo de perseverar, se dan por vencidas fácilmente. “Muchos reaccionan ante el fracaso de un modo perjudicial para sí mismos —observa el escritor Morley Callaghan—. Se autocompadecen, culpan a todo el mundo, se amargan y [...] se rinden.”

Es lamentable que se reaccione así. “Nos olvidamos —señala Pitts— que hay razones para sufrir pruebas penosas, que en la adversidad puede haber algo de valor.” ¿De qué se trata? Concluye: “Aprendes que los fracasos no son fatales, que los reveses no son eternos. Te ayuda a ser más profundo. Te prepara para afrontar otras situaciones”. La Biblia dice sencillamente: “Por toda clase de trabajo afanoso llega a haber una ventaja” (Proverbios 14:23).

Por supuesto, no siempre es fácil volver a empezar tras un revés. En ocasiones nos topamos con obstáculos que tal vez parezcan resistir todos nuestros intentos de superarlos. En lugar de acercarnos a la realización de nuestros objetivos, parece que nos alejáramos de estos más y más. Puede que nos sintamos abrumados e incapaces de continuar, y que nos desalentemos y hasta deprimamos (Proverbios 24:10). Pero la Biblia nos anima: “No desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos cansamos” (Gálatas 6:9).

¿Qué nos ayuda a perseverar?

El primer paso para perseverar en el camino elegido es fijarse objetivos asequibles y que merezcan la pena. El apóstol Pablo entendía, sin duda, este punto. Dijo a los corintios: “La manera como estoy corriendo no es incierta; la manera como estoy dirigiendo mis golpes es como para no estar hiriendo el aire”. Pablo sabía que si quería que sus esfuerzos dieran fruto, necesitaba objetivos claros, como el corredor que centra su atención en cruzar la línea de meta. “¿No saben ustedes que los corredores en una carrera todos corren, pero solo uno recibe el premio? Corran de tal modo que lo alcancen”, fue la exhortación que dio a aquellos cristianos (1 Corintios 9:24, 26). ¿Cómo podemos hacerlo?

“El sagaz considera sus pasos”, dice Proverbios 14:15. Es prudente reevaluar de vez en cuando nuestras estrategias en la vida y preguntarnos adónde nos dirigimos y si hemos de hacer algunos cambios. Es de capital importancia tener muy claro qué deseamos lograr y por qué. Nos sentiremos menos dispuestos a renunciar si no perdemos de vista nuestro destino final. “En cuanto a tus ojos, directamente adelante deben mirar”, nos exhorta el proverbio inspirado, para que ‘puedan establecerse firmemente todos tus propios caminos’ (Proverbios 4:25, 26).

Una vez identificados los objetivos, el siguiente paso es analizar cómo proceder para alcanzarlos. Jesús preguntó: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla?” (Lucas 14:28). En conformidad con este principio, un experto en salud mental hizo esta observación: “Una de las cosas que he notado sobre quienes triunfan es que perciben claramente la relación entre causa y efecto en su vida. Las personas que triunfan entienden que si desean algo, han de hacer todo lo necesario para conseguirlo”. Comprender con claridad todos los pasos necesarios que hemos de dar para lograr lo que queremos nos ayudará a mantenernos concentrados. También nos hará más fácil volver a empezar si sufrimos un revés. Esta manera de ver las cosas fue la piedra angular del triunfo de Orville y Wilbur Wright.

Por tanto, cuando suframos contratiempos, hagamos lo posible por verlos de manera positiva y como una experiencia instructiva. Analicemos la situación, percibamos qué hicimos mal y corrijamos el error o remediemos el fallo. Es una ayuda hablar con otros, pues “por el consejo los planes mismos se establecen firmemente” (Proverbios 20:18). Lógicamente, con cada esfuerzo nos hacemos más expertos y hábiles, lo cual a la larga contribuye a que triunfemos.

Un tercer aspecto esencial de la perseverancia es la acción regular. El apóstol Pablo hace esta exhortación: “Hasta donde hayamos progresado, sigamos andando ordenadamente en esta misma rutina” (Filipenses 3:16). Un educador dijo: “La moderación y la regularidad durante un tiempo producen resultados significativos”. Ilustra bien este punto la conocida fábula de Esopo sobre la liebre y la tortuga. Esta ganó la carrera aún siendo mucho más lenta que la liebre. ¿Por qué? Porque fue constante y disciplinada. No se dio por vencida, sino que escogió con realismo una velocidad adecuada para ella y la mantuvo hasta que cruzó la línea de meta. En vista de que la persona constante y organizada hace progresos continuos, conserva la motivación, por lo que es menos probable que abandone o que quede fuera de la carrera. En efecto, ‘corramos de tal modo’ que podamos alcanzar la meta.

Escoger objetivos que valgan la pena

Por supuesto, para que la perseverancia sea útil, los objetivos han de merecer la pena. Mucha gente se afana por conseguir cosas que no causan felicidad. Pero la Biblia señala: “El que mira con cuidado en la ley perfecta que pertenece a la libertad, y persiste en ella, [...] será feliz al hacerla” (Santiago 1:25). En efecto: estudiar la ley de Dios que se expone en la Biblia con el propósito de entenderla es un objetivo que merece la pena. ¿Por qué? Fundamentalmente, porque la ley de Dios se basa en sus normas perfectas y justas. Como es el Creador, sabe qué es lo mejor para sus criaturas. Por tanto, si persistimos en aprender las instrucciones de Dios y las aplicamos en la vida, esa perseverancia nos traerá, sin duda, felicidad. “Confía en Jehová con todo tu corazón [...]. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas”, promete Proverbios 3:5, 6.

Además, adquirir conocimiento de Dios y de su Hijo “significa vida eterna”, dice Jesús (Juan 17:3). Las profecías bíblicas indican que vivimos en “los últimos días” de este sistema (2 Timoteo 3:1-5; Mateo 24:3-13). Dentro de poco, el Reino de Dios, su gobierno justo, impondrá su gobernación sobre los habitantes de la Tierra (Daniel 2:44; Mateo 6:10). Este gobierno introducirá una era de paz, prosperidad y bienestar sin precedentes para la humanidad obediente (Salmo 37:10, 11; Revelación [Apocalipsis] 21:4). “Dios no es parcial”, dice Hechos 10:34. Así es, a todo el mundo se le invita a disfrutar de tales beneficios.

La Biblia es un libro antiguo lleno de sabiduría y significado. Requiere tiempo y esfuerzo entenderla. Pero si persistimos en buscar su conocimiento, con la ayuda de Dios entenderemos su significado (Proverbios 2:4, 5; Santiago 1:5). Es verdad que poner en práctica lo que aprendemos puede constituir una empresa difícil. Quizás tengamos que hacer cambios en nuestro modo de pensar y nuestros hábitos. Hasta puede que amigos bien intencionados o familiares se opongan a que estudiemos la Biblia. Por tanto, es esencial la persistencia. El apóstol Pablo nos recuerda que Dios dará vida eterna a los que demuestren “aguante en la obra que es buena” (Romanos 2:7). Los testigos de Jehová estarán encantados de ayudarle a alcanzar esa meta.

Tenga la seguridad de que triunfará si persevera en aprender sobre Dios y su voluntad, y persiste en aplicar lo que aprende (Salmo 1:1-3).


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sábado, 4 de marzo de 2017

LA GLORIA DE DIOS



Cómo reflejan los cristianos la gloria de Dios

¿Cómo es posible que nosotros reflejemos la gloria de Dios? Pues bien, aunque no hemos contemplado ni oído a Jehová del mismo modo que Moisés, sí hemos llegado a conocerlo de otras maneras. Por ejemplo, dado que Jesús no se presentó como el Mesías hasta casi mil quinientos años después de la muerte de Moisés, este no pudo saber cómo se cumpliría la Ley en Jesús, quien murió para redimir a los seres humanos de la terrible opresión impuesta por el pecado y la muerte (Romanos 5:20, 21; Gálatas 3:19). Además, Moisés solamente obtuvo una comprensión limitada de la grandeza del propósito de Jehová, un propósito que se centra en el Reino mesiánico y en el Paraíso que instaurará en la Tierra. Por otra parte, nosotros percibimos la gloria de Jehová, pero no con los ojos literales, sino con los ojos de la fe basada en las enseñanzas bíblicas. También hemos oído la voz de Jehová, no a través de un ángel, sino mediante la Biblia, en particular los Evangelios, los cuales pintan un hermoso cuadro de las enseñanzas y el ministerio de Jesús.

. a) ¿Cómo reflejan la gloria de Jehová los cristianos ungidos? b) ¿De qué maneras pueden reflejar la gloria de Dios quienes abrigan la esperanza de vivir en la Tierra?
 Aunque los cristianos no reflejamos la gloria de Dios despidiendo rayos del rostro, nuestra faz se ilumina cuando hablamos al prójimo de Su gloriosa personalidad y propósitos. Con respecto a sus siervos de la actualidad, Jehová predijo mediante el profeta Isaías: “De seguro anunciarán mi gloria entre las naciones” (Isaías 66:19). Además, en 2 Corintios 4:1, 2 leemos: “Teniendo este ministerio [...], hemos renunciado a las cosas solapadas de las cuales hay que avergonzarse, y no andamos con astucia, ni adulteramos la palabra de Dios, sino que mediante poner de manifiesto la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana a vista de Dios”. Pablo hablaba en particular de los cristianos ungidos, quienes son “ministros de un nuevo pacto” (2 Corintios 3:6). Su ministerio ha resultado en que un sinnúmero de personas haya adquirido la esperanza de vivir para siempre en la Tierra. Y el ministerio de ambos grupos entraña reflejar la gloria de Jehová no solo por lo que enseñan, sino también por la forma en que viven. Reflejar la gloria del Dios Altísimo es un deber, así como un gran privilegio.

¿De qué es prueba nuestra prosperidad espiritual?
5 En nuestros días, las gloriosas buenas nuevas del Reino de Dios se están predicando en toda la Tierra habitada, como predijo Jesús (Mateo 24:14). Personas de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas han respondido a ellas con entusiasmo y han realizado cambios en su vida para hacer la voluntad de Dios (Romanos 12:2; Revelación [Apocalipsis] 7:9). Al igual que los primeros cristianos, no pueden dejar de hablar de las cosas que han visto y oído (Hechos 4:20). Hoy reflejan la gloria de Dios más de seis millones de personas, una cantidad sin precedentes en la historia. ¿Es usted una de ellas? La prosperidad espiritual de los siervos de Dios es prueba convincente de que contamos con la bendición y protección de Jehová. Y el hecho de que tenemos el espíritu de Jehová se hace aún más patente cuando se consideran las poderosas fuerzas que se alzan contra nosotros. Veamos por qué.

No podrán acallar al pueblo de Dios

 ¿Por qué se necesitan fe y valor para ponerse de parte de Jehová?
6 Suponga que lo llaman a testificar en un juicio contra un despiadado asesino. Usted sabe que el acusado controla una organización poderosa y que empleará todos los medios a su alcance para impedir que lo desenmascare. ¿Verdad que declarar contra un criminal de esa clase exigiría valor y confianza en que las autoridades lo protegerán? Pues bien, nosotros nos hallamos en una situación parecida. Al dar testimonio de Jehová y sus propósitos, en realidad testificamos en contra de Satanás y damos a conocer que es un homicida y un mentiroso que está extraviando a los habitantes de toda la Tierra (Juan 8:44; Revelación 12:9). La verdad es que se necesitan fe y valor para ponerse de parte de Jehová y en contra del Diablo.

 ¿Qué influencia ejerce Satanás, y qué intenta conseguir?
Claro está, Jehová es el Ser Supremo, así que su poder es infinitamente mayor que el de Satanás. Podemos estar seguros de que Él no solo es capaz de proteger a quienes le servimos con lealtad, sino que también anhela hacerlo (2 Crónicas 16:9). No obstante, Satanás es el gobernante de los demonios y del mundo de la humanidad alejada de Dios (Mateo 12:24, 26; Juan 14:30). Confinado a la vecindad de la Tierra y lleno de “gran cólera”, se opone enconadamente a los siervos de Jehová y usa el mundo, al cual controla, para intentar acallar a quienes predican las buenas nuevas (Revelación 12:7-9, 12, 17). ¿Cómo lo hace? Por lo menos de tres maneras.

¿Hacia dónde dirige Satanás el amor de las personas, y por qué debemos elegir con cuidado nuestras compañías?
Las inquietudes de la vida constituyen uno de los medios que Satanás emplea para distraernos. En general, la gente que vive en estos últimos días ama el dinero, ama los placeres y se ama a sí misma, pero no ama a Dios (2 Timoteo 3:1-4). Preocupadas por los problemas de la vida diaria, la mayoría de las personas ‘no hacen caso’ de las buenas nuevas que les llevamos. Sencillamente, no les interesa aprender la verdad bíblica (Mateo 24:37-39). Esa actitud puede contagiársenos y sumirnos en un letargo espiritual. Si permitimos que en el corazón se desarrolle amor por las cosas materiales y los placeres de la vida, nuestro amor por Dios se enfriará (Mateo 24:12).

Por esta razón, los cristianos elegimos las compañías con mucho cuidado. “El que está andando con personas sabias se hará sabio —escribió el rey Salomón—, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal.” (Proverbios 13:20.) Así pues, ‘andemos’ con quienes reflejan la gloria de Dios. ¡Qué agradable es eso! Cuando estamos con nuestros hermanos espirituales en las reuniones y en otros momentos, nos anima ver su amor, fe, gozo y sabiduría. Tales compañías sanas fortalecen nuestra determinación de perseverar en el ministerio.

¿Cómo emplea Satanás la burla contra quienes reflejan la gloria de Dios?
10 Un segundo medio que Satanás usa para impedir que los cristianos reflejen la gloria de Dios es la burla. Esta táctica no nos debería tomar por sorpresa, pues Jesucristo tuvo que enfrentarse a ella en su ministerio terrestre: se rieron de él, lo trataron con desprecio e insolencia, y hasta le escupieron (Marcos 5:40; Lucas 16:14; 18:32). Los primeros cristianos también fueron objeto de mofa (Hechos 2:13; 17:32). Y los siervos de Jehová de la actualidad sufrimos el mismo maltrato. El apóstol Pedro indicó que, en realidad, se nos tildaría de “falsos profetas”. Predijo que “en los últimos días vendr[ían] burlones con su burla, procediendo según sus propios deseos y diciendo: ‘¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues [...] todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación’” (2 Pedro 3:3, 4). A los siervos de Dios se nos ridiculiza porque supuestamente vivimos de espaldas a la realidad. Las normas morales de la Biblia se consideran anticuadas, y muchos opinan que el mensaje que predicamos es una insensatez (1 Corintios 1:18, 19). Los cristianos podemos ser objeto de burlas en la escuela, en el empleo y, a veces, hasta en nuestra propia familia. Sin embargo, en vez de desanimarnos, seguimos reflejando la gloria de Jehová mediante nuestra predicación, pues, al igual que Jesús, sabemos que la Palabra de Dios es la verdad (Juan 17:17).

¿Cómo ha empleado Satanás la persecución en su intento de acallar a los cristianos?
11 Una tercera táctica que el Diablo emplea en su intento de acallarnos es la oposición o la persecución. Jesús dijo a sus discípulos: “Los entregarán a tribulación y los matarán, y serán objeto de odio de parte de todas las naciones por causa de mi nombre” (Mateo 24:9). Realmente, los testigos de Jehová hemos sufrido feroz persecución en muchas partes del planeta. Sabemos que Jehová predijo hace mucho que habría odio, o enemistad, entre los que le sirven a él y los que sirven al Diablo (Génesis 3:15). También sabemos que nuestra integridad en las pruebas constituye un testimonio a favor de la soberanía universal de Jehová. Este conocimiento nos fortalece hasta en las circunstancias más extremas. Mientras sigamos resueltos a reflejar la gloria de Dios, no habrá persecución que pueda silenciarnos de modo permanente.

¿Por qué es un motivo de regocijo el que nos mantengamos fieles frente a la oposición de Satanás?
 ¿Resiste usted las tentaciones del mundo y se mantiene fiel pese a las burlas y la oposición? Entonces tiene motivos para regocijarse. Jesús aseguró a sus discípulos: “Felices son ustedes cuando los vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de cosa inicua contra ustedes por mi causa. Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es su galardón en los cielos; porque de esa manera persiguieron a los profetas antes de ustedes” (Mateo 5:11, 12). Su aguante es prueba de que el poderoso espíritu santo de Jehová obra en usted, capacitándolo para reflejar Su gloria (2 Corintios 12:9).

El aguante procede de Jehová

¿Por qué razón fundamental aguantamos en el ministerio cristiano?
Una razón fundamental por la que aguantamos en el ministerio es que amamos a Jehová y nos alegra enormemente reflejar su gloria. Los seres humanos tendemos a imitar a quienes amamos y respetamos, y nadie es más digno de ser imitado que Jehová Dios. Por su gran amor envió a su Hijo a la Tierra para que diera testimonio a favor de la verdad y rescatara a la humanidad obediente (Juan 3:16; 18:37). Al igual que Dios, deseamos que personas de toda clase se arrepientan y alcancen la salvación, y por eso les predicamos (2 Pedro 3:9). Este deseo, junto con nuestra determinación de imitar a Dios, nos impulsa a no dejar de reflejar su gloria mediante nuestro ministerio.

¿Cómo nos fortalece Jehová para que aguantemos en nuestro ministerio?
En definitiva, es Jehová quien nos da las fuerzas para aguantar en el ministerio cristiano. Es él quien nos sostiene y fortalece mediante su espíritu, su organización y su Palabra, la Biblia. Jehová “suministra aguante” a quienes estamos dispuestos a reflejar su gloria, contesta nuestras oraciones y nos da la sabiduría necesaria para afrontar las dificultades (Romanos 15:5; Santiago 1:5). Y lo que es más, no permite que nos sobrevenga ninguna prueba que sea imposible de aguantar. Si confiamos en él, dispondrá la salida a fin de que podamos seguir reflejando su gloria (1 Corintios 10:13).

¿Qué nos ayuda a aguantar?
El aguante en nuestro ministerio es prueba de que contamos con el espíritu de Dios. Supongamos, por ejemplo, que alguien le pide que reparta pan gratuitamente de puerta en puerta. Se le dice que debe utilizar su propio tiempo y correr con sus propios gastos. Pero no tarda en darse cuenta de que, en realidad, muy pocas personas desean el pan que usted reparte, y algunas hasta se oponen a que lo haga. ¿Seguiría usted realizando esa actividad mes tras mes, año tras año? Es muy probable que no. Sin embargo, puede que lleve décadas afanándose por declarar las buenas nuevas, dedicando de su tiempo y recursos. ¿Por qué? ¿Verdad que es porque ama a Jehová y porque él ha bendecido su empeño ayudándole a aguantar mediante su espíritu? ¡Desde luego que sí!

Una obra que siempre recordaremos

¿Qué significa para nosotros y para quienes nos escuchan el que aguantemos en nuestro ministerio?
El ministerio del nuevo pacto es una dádiva incomparable (2 Corintios 4:7). Y también es un verdadero tesoro el ministerio cristiano que las otras ovejas llevan a cabo en todo el mundo. Al perseverar en él, usted puede lograr lo que Pablo escribió a Timoteo: “Te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan” (1 Timoteo 4:16). Piense en lo que eso significa. Las buenas nuevas que predicamos ofrecen a las personas la oportunidad de vivir para siempre. Usted puede forjar un fuerte vínculo de amistad con aquellos a quienes ayuda espiritualmente. Imagine el gozo de vivir para siempre en el Paraíso con los que haya ayudado a aprender la verdad acerca de Dios. No hay duda de que esas personas jamás olvidarán lo que usted hizo por ellas. ¡Qué gran motivo de satisfacción!

¿Por qué puede afirmarse que vivimos en una época singular de la historia humana?
Vivimos en una época singular de la historia humana. Nunca más se predicarán las buenas nuevas en un mundo alejado de Dios. Noé vivió en un mundo así y lo vio desaparecer. Piense en cuánto debió de alegrarle saber que había cumplido fielmente la voluntad de Dios al construir el arca, lo cual permitió su salvación y la de su familia (Hebreos 11:7). Usted también puede tener ese gozo. Imagine cómo se sentirá en el nuevo mundo cuando mire atrás a lo que hizo en estos últimos días, sabiendo que se esforzó todo lo que pudo por promover los intereses del Reino.

¿Qué garantía y ánimo da Jehová a sus siervos?
Sigamos reflejando la gloria de Dios, pues eso es algo que siempre recordaremos. De hecho, Jehová también recuerda nuestra labor. En la Biblia leemos estas alentadoras palabras: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre, por el hecho de que han servido a los santos y continúan sirviendo. Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia a fin de tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin, para que no se hagan indolentes, sino que sean imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:10-12).

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viernes, 24 de febrero de 2017

SE INSTRUMENTO Y PREPARA EL CAMINO PARA EL SEÑOR

 Ritchie Pugliese / diciembre 25, 2016 / 4908



Isaías 40:3-5 dice: “Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehova; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Jehová”.
Dios quiere cambiar los desiertos de nuestras vidas en gloria. La palabra “desierto” en la Biblia tiene muchas acepciones pero aquí representa aquellas cosas de nuestras vidas que al presente no están experimentando la bendición de Dios. Puede ser la salud, la familia, la economía, el ministerio o cualquier otra cosa. Es en medio del desierto que aparece la voz del Señor. Esa voz profética dice “preparad camino”. Si anhelamos ver cambiado nuestro desierto en gloria tenemos nosotros que hacer algo. Muchos creen que sólo Dios tiene que hacer algo para que cambien las cosas. Para recibir las bendiciones del Señor siempre el ser humano debe hacer algo primero. En las cosas de Dios la pasividad no conduce a nada.


Tenemos muchos casos registrados en la Biblia de personajes que primero actuaron y luego vieron el obrar de Dios: Por ejemplo: El diluvio no vino hasta que Noé preparó primero el arca (Génesis 6:14-18); Las aguas del Mar Rojo no se abrieron hasta que Moisés estiró su mano primero (Exodo 14:21); Naamán el leproso no fue limpiado hasta que se sumergió en las aguas primero (2 Reyes 5:14); Los 10 leprosos no fueron sanados hasta que primero se movieron y fueron para ser examinados por los sacerdotes (Lucas 17:14). Existen muchos casos más pero sólo con estos podemos darnos cuenta que en las cosas de Dios siempre tenemos que hacer algo nosotros primero. La fe siempre requiere acción inicial de nuestra parte, aunque esa acción no signifique al principio movimiento sino principalmente actitud espiritual activa.
El problema para muchos es que se mueven pero preparan caminos equivocados. Proverbios 14:12 dice “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte”. En el pasaje central se nos dan las pautas claras y necesarias para preparar bien nuestro camino para que venga la bendición de Dios.
¿Cómo se prepara el camino?
1) Nivelando el terreno
2) Enderezando lo torcido
1) Nivelando el Terreno
Tenemos que emparejar nuestro camino haciendo que: 
a) el valle sea alzado, 
b) todo monte y collado sea bajado y que 
c) lo áspero sea allanado.


Si usted hace una imagen mental se dará cuenta que la idea es nivelar el terreno para que quede derecho y parejo. Cada uno de estos puntos tiene un significado importante para que nivelemos nuestro camino: La figura del valle que debe alzarse representan los complejos, traumas de nuestras vidas que nos hacen vivir por debajo de lo que Dios quiere. Existen muchos cristianos con heridas interiores del pasado que les impide llegar a desarrollar todo su potencial en Cristo. Necesitan ser ministrados y sanados para que su camino este nivelado.
La figura de monte y el collado que deben bajarse representan el orgullo, la altivez y la soberbia que nos hacen vivir en un falso pedestal de superioridad cuando en realidad nos sentimos inferiores. 
La figura de lo áspero que debe ser allanado representa la rebeldía interior que muchos todavia tienen por no haber sido quebrantados su hombre interior por el trato del Señor.
Si estas tres cosas no son emparejadas y niveladas no podremos seguir trabajando para ver la gloria del Señor, pues la clave para que eso venga a nuestras vidas es preparar el camino adecuado para la manifestación adecuada del Señor.
2) Enderezando lo torcido
Lo torcido de nuestro camino se endereza con la autoridad de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es creativa y formativa.
A continuación voy a dar cinco puntos importantes para enderezar nuestros caminos torcidos a fin de que veamos el obrar directo y personal del Señor. Cualquier cristiano que los practique verá la gloria de Dios en el tiempo de Dios.


1. Tenemos que enderezar lo torcido preparando el camino con ORACION
Juan 9:31 dice: “y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios y hace suy voluntad, a ese oye”.
La oración dirigida al Dios Unico y Verdadero es patrimonio de los hijos de Dios, aquellos que han recibido a Cristo como su Salvador y Señor personal. Las oraciones que las sectas y paganos hacen van dirigidas a otros dioses peor no a Jehová-Dios, el Gran Yo Soy, manifestado en carne en la presencia del Señor Jesucristo. La única oración que Dios escucha del pecador es aquella que hace para convertirse a Cristo y recibir la salvación de su alma. La oración es la herramienta mas efectiva para el cristiano. Todo lo que anhelamos o deseamos de Dios debe ser pedido primero en oración. La Biblia dice: Todo lo que pidieres orando...”. La oración es la llave que abre las puertas de los cielos para derramar la voluntad soberana de Dios.
La manifestación de la gloria de Jehová será cuando oremos: la llegada de la RESPUESTA anhelada.

2. Tenemos que enderezar lo torcido preparando el camino con ALABANZA
Salmos 50:14-15 dice: “Sacrifica a Dios alabanza y paga tus votos al Altísimo e invócame en el día de la angustia; te libraré y tú me honrarás”.
La alabanza y adoración es una herramienta poderosa que Dios le ha dado a sus hijos. Dios habita en medio de la alabanza de su Pueblo (Sal. 22:3) aquí en la tierra y rodeado de angeles que le alaban de dia y de noche (Isaías 6:1-4) en el cielo. Una cosa es cantar y otra muy diferente es alabar y adorar en espíritu y verdad. La alabanza genera la manifestación de la presencia de Dios. Es por eso que el enemigo siempre pone trabas para que no practiquemos la alabanza. ¡La alabanza dirigida a Dios es repulsiva para el diablo!. Dios quiere que le presentemos alabanza y adoración en todo tiempo. Es por eso que el pasaje mencionado dice “sacrificio”. Alabar con sacrificio significa reconocer la grandeza de Dios aunque aquí en la tierra las cosas no me salgan como habia esperado. Siempre la alabanza y adoración es dirigida para el deleite y agrado del Señor, no para el mío. Cuando lo hacemos el comienza a hacer su obra en nosotros y en medio nuestro.
La manifestación de la gloria de Jehová será cuando alabemos: LIBERACION.

3. Tenemos que enderezar lo torcido preparando el camino con la PALABRA DE DIOS
Josué 1:8 dice: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en el, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien”
Al obedecer la Palabra de Dios en la vida cotidiana enderezamos las veredas torcidas de años. La Palabra crea en nosotros el carácter de Cristo y la santidad del Espíritu Santo. Nuestra decisión debe ser caminar en extrema obediencia. Como alguien dijo una vez: - con un 99% de santidad no alcanza, pues el deseo de Dios es un 100 % de santidad -. Si nos examinamos nos daremos cuenta que obedecemos la Palabra de Dios parcialmente pero no totalmente. La obediencia es una decisión personal del corazón que se transmite en la manera de caminar en la vida.
La manifestación de la gloria de Jehová será cuando caminemos de acuerdo a la Palabra de Dios: PROSPERIDAD Y BIENESTAR.


4. Tenemos que enderezar lo torcido preparando el camino DANDO CON SACRIFICIO
Proverbios 3:9-10 dice: “honra a Jehová con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos; y seran llenos tus graneros con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto”.
Cualquiera puede dar lo que le sobra pero sólo los fieles al Señor aprenden a dar sacrificialmente. Dar con sacrificio significa dar más allá de mis capacidades. Dar con sacrificio implica darle a Dios lo que le corresponde (diezmos y ofrendas) aunque a simple vista parezca que no podré llegar a fin de mes con lo que me ha quedado. La historia espiritual dice que siempre es mejor un noventa por ciento con la bendición de Dios que ciento por ciento sin Su bendición. La única manera de quebrar nuestra avaricia carnal es aprendiendo a dar sacrificialmente. Muchos son dadores sentimentales. Le dan a Dios cuando se sienten que todo les sale bien, pero cuando todo empieza a fallar, retienen mas de lo debido y van directo hacia la pobreza.
En 1 Reyes 17:8-16 podemos aprender algo poderoso de la viuda que atendió al profeta. Ella estaba en gran necesidad pero cuando, creyendo con fe, le hizo primero la comida al profeta (eso significa dar con sacrificio) el milagro de la provisión le siguió. A los ojos de Dios siempre el dar deriva en multiplicación.
La manifestación de la gloria de Jehová será cuando demos con sacrificio: PROVISION.

5. Tenemos que enderezar lo torcido y preparar el camino NO DEJANDO DE CONGREGARSE
Hebreos 10:24-25 dice: “y consideremonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos como algunos tienen por costumbre...”
Los llaneros solitarios no pueden ser de bendición el Reino de Dios, pues el deseo de Dios para sus hijos es que sean parte de una iglesia local específica bajo la cobertura espiritual de un líder espiritual específico. Muchos dicen erróneamente que tienen sólo al Señor como su pastor y que no necesitan a ningun otro. Dios ha puesto en la tierra autoridades delegadas para que las respetemos, valoremos y nos coloquemos bajo su cobertura espiritual. Existen cristianos que no se compromenten con la vida de la iglesia y se mantienen al margen, opinando y creando problemas en vez de ser canales de bendición. Cristiano que no se compromete en una iglesia local es un cristiano que es de tropiozo pues vive aislado y sin la bendición que trae ser parte de una congregación local específica.
Practicar continuamente estos puntos nos ayudarán a preparar el camino hacia la manifestación de la gloria del Señor en nuestras vidas, ciudades y congregación.
Quizás usted que está leyendo este artículo ha venido haciendo esto desde hace algun tiempo y a la fecha no ha visto los resultados. Hebreos 6:12 dice algo contundente para que no baje los brazos.: “a fin de que no os hagais perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas”. La bendición siempre se la llevan los que perseveran y no se detienen. Las bendiciones de Dios siempre se obtienen con fe y paciencia. Con fe solamente nos estrellaremos contra la pared, con paciencia solamente quedaremos pasivos, pero cuando fusionamos la velocidad y el equilibrio de Dios, heredamos las promesas del Señor.
¡Es tiempo de dejar la pasividad! ¡Prepara tu camino para la bendición de Dios!